En cumplimiento con la normatividad vigente, el calendario escolar se divide en cuatro periodos académicos.
El colegio tiene una jornada escolar de lunes a jueves de 7:00 a.m. a 3:00 p.m. y los viernes de 7:00 a.m. a 12:50 p.m. para todos los grados; dentro de la jornada escolar están establecidos dos periodos de receso, el primero de 30 minutos para el descanso y el segundo de 60 minutos para el almuerzo
Los periodos de clase o unidades de tiempo se han distribuido de tal manera que permitan el desarrollo de los niveles de desempeño. Cada periodo de clase o unidad de tiempo consta de 45 minutos.
Los proyectos pedagógicos transversales que se desarrollan en la institución son: Educación ambiental (PRAE) • Cátedra para la paz • EduDerechos • Educación sexual • Educación económica y financiera • Estilos de vida saludables • Educación vial
Son todas aquellas actividades que realiza la institución que forman parte del desarrollo curricular o el plan de estudios, pero por su naturaleza se deben realizar en sitios distintos al colegio. Hacen parte de estas: salidas a sitios de interés educativo, cultural, o deportivas, salidas pedagógicas, convivencias, etc.
las salidas pedagógicas son programadas por la institución en coherencia y concordancia con el plan de estudios. Los costos que genera la misma son asumidos en su totalidad por el padre de familia; solo asisten los y las estudiantes, el personal docente, directivo y/o auxiliar de apoyo según las características de esta. El proyecto de salidas pedagógicas denominado es desarrollado como eje trasversal con las diferentes áreas y su objetivo es promover un Aprendizaje Significativo y fomentar una convivencia armónica que permita crear lazos de amistad.
La institución educativa adopta como referente postulados de la escuela activa pues esta discurre que el conocimiento procede de la experiencia y la acción directa, así pues, se aprende a través de las prácticas cotidianas, se aprende haciendo, pese a que en algunos casos se adquieren saberes cotidianos empíricamente sin ser obtenidos desde la escuela. La tarea esencial de la educación es conseguir aprendizajes significativos, pero para esto es necesario que el nuevo aprendizaje se vincule con los saberes previos del educando; por ende, el aprendizaje puede ser significativo o mecánico según se relacione con la estructura cognoscitiva del estudiante. La educación debe partir de los intereses de niños, los estudiantes, quienes son considerados el eje central de la educación, en consecuencia, los contenidos curriculares giran en torno a las necesidades primordiales de estos para de acuerdo con ellas elaborar el plan de estudios, pues todo maestro sabe que un estudiante motivado aprende más.
En la pedagogía activa continuamente se evalúan los procesos educativos y de inmediato se corrigen los errores y cuestionan las preconcepciones; se privilegia lo afectivo sobre lo cognitivo, pues el ideal es contribuir a formar seres humanos plenos afectivamente. Cuando menos, individuos apasionados, alegres y amorosos.
Dentro de la pedagogía Neogranadina y en su enfoque Cristo céntrico lo definimos como el proceso de difundir las características distintivas de la historia y verdad cristianas (información); de adquirir valores, actitudes y formas de vida cristianas (formación), y promover el cambio en las personas, comunidades, sociedades y estructuras (transformación).
Esta definición incorpora los tres elementos esenciales o enfoques de la educación: Contenido, personas y el contexto comunitario y social, junto con la dinámica de la información, la formación y la transformación.
Bajo esta acepción se sugiere, que la educación cristiana para ser constructiva y completa debe contener estos 3 elementos:
La finalidad la educación será la de garantizar la felicidad y la socialización del educando. La Escuela Activa ve al estudiante como el centro de la educación, por ello, sus teóricos consideran que la educación deberá respetar y promover sus intereses, de manera que se dé respuesta a sus necesidades, preguntas y motivaciones. Sus ideas, sus intereses y sus actividades deberán ser el motor de la educación. Su palabra tendrá que ser escuchada, sus preguntas resueltas y sus intereses acompañados.
El proceso educativo exige cambios estructurales que contribuyan a generar nuevas alternativas para el mejoramiento de la calidad de vida de todos los miembros de la comunidad educativa. Para lograrlo trabajaremos unificadamente por un gran propósito: “Impactar los proyectos de vida de nuestros estudiantes para cualificarlos y hacerlos posibles”
El fin primordial de nuestra Institución es el desarrollo simultáneo de los procesos de individualización y socialización, para que desde el contexto escolar y fuera de él, se logren metas puntuales y convergentes a la formación de sujetos íntegros, competentes para resolver problemas de su cotidianidad, tomar decisiones, construir su identidad, participar activa y democráticamente, disfrutando de lo que hacen o de lo que producen con fines transformadores de su realidad.
Por lo tanto, contemplamos la educación como un proceso en permanente construcción, orientado a la potenciación del ser humano como individuo y como miembro activo de una colectividad para asumir con responsabilidad, alegría y compromiso el saber, saber hacer, saber ser, saber conocer y saber convivir. Entendemos, además, la educación como un compromiso con la transformación social, donde se conjuga la esencia individual en función de los intereses colectivos, centrado en el mejoramiento de las condiciones de vida en todas sus manifestaciones.
En esta perspectiva la Institución Educativa Nueva Granada, se compromete en la construcción de un enfoque pedagógico que propenda por el desarrollo humano y la participación social. Por tal motivo, se hace prescindible prestar atención al déficit cuantitativo y cualitativo de la educación colombiana. Estos déficits componen obstáculos al desarrollo del país y afectan el ímpetu emancipador de las sociedades.
Con lo anterior, concebimos que la educación tiene el deber social de colaborar con los ciudadanos para la organización reflexiva de su pensamiento, poniendo a su disposición medios y herramientas con las cuales sea capaz de superar el desconocimiento en el cual está inmerso y alcance una posición crítica de su contexto a nivel social, político, económico, tecnológico, cultural y ético, presentando una reflexión ontológica sobre su vocación de sujeto social y político. Para ello, es fundamental el uso de métodos dialogantes activos, colmados de valores de humildad, de esperanza, y confianza en el otro, reconociendo y respetando sus diferencias y haciéndose críticos en la búsqueda de conocimiento, estableciendo relaciones de simpatía y generando diálogos asertivos.
La relación entre escuela y familia es importante en la medida de experimentar situaciones que faciliten los procesos formativos, favoreciendo su encuentro, su comprensión de práctica educativa realizada en los establecimientos educativos, además; la comprensión de las falencias que tendrían las familias de zonas populares, enfrentando problemas, para realizar su actividad educativa.
Entender la educación como un proceso formativo alejado del contexto es inviable y absurdo, puesto que, no es posible desconocer la falta de recursos para las necesidades mínimas de gran parte de las familias colombianas; esta precariedad imposibilita anhelar un futuro mejor, impide la falta de esperanza. Comprender el mundo implica empezar a transformarlo a través de la práctica social, el educador o educadora en su quehacer pedagógico debe entender las necesidades de sus educandos, para así, alcanzar la comprensión más crítica de la situación de opresión de los sectores más vulnerados por los conflictos sociales, de aquellos violentados constantemente, de quienes adoptan la cultura de la muerte como natural, a causa de que esta es parte de su diario vivir.
Por tal motivo, en nuestra institución educativa acogemos el legado de la Pedagogía Activa y la Pedagogía Constructivista en búsqueda de generar procesos de enseñanza y aprendizaje que permitan alcanzar el ideal utópico de una educación transformadora de sociedades justas y equitativas, que propicie ambientes de inclusión y paz.
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